jueves, 9 de agosto de 2007

Lectura

Ayer en Costa del Lepá hablábamos en 7mo de las normas en los procesos productivos. Mencionábamos las normas de seguridad, de higiene y las de organización. Aunque no entran dentro de estos tres tipos de normas, surió el tema de las normas de convivencia y me hizo recordar las que escribió Leonardo Da Vinci para los banquetes en la corte de los Sforza y que están en el lamado Codex Romanoff. Quería compartilas con ustedes, porque me parece que son muy divertidas y que nos ayudan a imaginarnos cómo era la vida en aquella época. Como imagen puede ayudarnos ver el cuadro de Leonardo La última cena. Acá va.

Éstos son hábitos indecorosos que un invitado a la mesa de mi señor no debe cultivar (y baso esta relación en mis observaciones de aquellos que frecuentaron la mesa de mi señor durante el pasado año):

Ningún invitado ha de sentarse sobre la mesa, ni de espaldas a la mesa, ni sobre el regazo de cualquier otro invitado. Tampoco ha de poner la pierna sobre la mesa
Tampoco ha de sentarse bajo la mesa en ningún momento.
No debe poner la cabeza sobre el plato para comer
No ha de tomar comida del plato de su vecino de mesa a menos que antes haya pedido su consentimiento
No ha de poner trozos de su propia comida de aspecto desagradable o a medio masticar sobre el plato de sus vecinos sin antes preguntárselo.
No ha de enjugar su cuchillo en las vestiduras de su vecino de mesa
Ni utilizar su cuchillo para hacer dibujos sobre la mesa
No ha de limpiar su armadura en la mesa
No ha de tomar la comida de la mesa y ponerla en su bolso o faltriquera para comerla más tarde
No ha de morder la fruta de la fuente de frutas y después retornar la fruta a esa misma fuente
No ha de escupir frente a él
Ni tampoco de lado
No ha de pellizcar ni golpear a su vecino de mesa
No ha de hacer ruidos de bufidos ni se permitirá dar codazos.
No ha de poner los ojos en blanco ni poner caras horribles
No ha de poner el dedo en la nariz o en la oreja mientras está conversando
No ha de hacer figuras modeladas, ni prender fuegos, ni adiestrarse en hacer nudos en la mesa(a menos que mi señor así se lo pida)
No ha de dejar sueltas sus aves en la mesa
Ni tampoco serpientes ni escarabajos
No ha de tocar el laúd o cualquier otro instrumento que pueda ir en perjuicio de su vecino de mesa (a menos que mi señor así lo requiera)
No ha de cantar, ni hacer discursos, ni vociferar improperios ni tampoco proponer acertijos obscenos si está sentado junto a una dama
No ha de conspirar en la mesa(a menos que lo haga con mi señor)
No ha de hacer insinuaciones impúdicas a los pajes de mi señor ni juguetear con sus cuerpos.
Tampoco a de prender fuego a su compañero mientras permanezca en la mesa
No ha de golpear a los sirvientes(a menos que sea en defensa propia)
Y si ha de vomitar, entonces debe abandonar la mesa
Cuando ojeaba (¿u hojeaba?) el libro para encontrar estas normas,. encontré también algo interesante bajo el título las máquinas que aún he de diseñar para mis cocinas. Leonardo decía:

Una para desplumar patos
Una para cortar cerdos en taquitos
Una para amasar
Una para moler cerdos
Una para prensar ovejas

Una pequeña muestra de cómo era intencional el proceso de invención que realizaba Leonardo.